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Psicologia


Manifestaciones en el niño tras la separación

 

La reacción de los hijos a la separación de sus padres depende de la edad y del funcionamiento psicológico de cada niño en particular. Así, los niños que presentan una buena salud mental antes de la separación responden de una manera adecuada a la situación; mientras que, los que ya antes tenían dificultades responden a la separación de una manera más estresada, con manifestaciones acusadas de culpabilidad, ansiedad, baja autoestima y tendencia a mostrarse solitarios.

Los que responden con mayor enfado son los adolescentes de familias cerradas (cuyos miembros no expresan abiertamente sus sentimientos) que sabían muy poco de la infelicidad marital. Según la mayoría de expertos, los efectos más importantes de la separación ocurren durante los primeros años que siguen a la separación, disminuyendo con el paso del tiempo. Se puede decir que, en general, los niños sufren a menudo la decisión de la ruptura, buscan reunir a sus padres, se sienten tristes, culpables y viven de lejos los reveses de sus padres. 

Según la edad, podemos encontrarnos diferentes manifestaciones en el niño:

- El niño de 2 a 5 años. Los preescolares tienden inicialmente a mostrar una conducta regresiva. Las reacciones más frecuentemente observadas son tristeza, pesadillas e insomnio. Debido a sus limitaciones en las capacidades cognitivas y lingüísticas, tienen gran dificultad para verbalizar sus miedos y preocupaciones. El niño llora con frecuencia, está taciturno, desanimado, presenta pérdida de apetito y del sueño. Puede pensar que él ha sido el causante de la separación. Alteraciones del juego, manifestando a través de él sus sentimientos de agresividad. Pueden aparecer fantasías macabras o también de negación de la ruptura marital.

- El niño de 6 a 8 años. Las reacciones más frecuentes en estos niños son: tristeza por la separación, gran sentimiento de pérdida (proceso de duelo). Echan de menos al padre ausente y temen su sustitución y rechazo (algunos lloran, otros están taciturnos o se aíslan). El rendimiento escolar puede disminuir. Sentimiento de culpa, de ser el responsable de la separación de sus padres. Tendencia a querer remplazar al padre que ha partido debido a la ruptura del proceso de identificación con el progenitor. Fantasía de reconciliación. Algunos niños quieren reorganizar las citas a fin de que sus padres se encuentren.  Sentimiento de lealtad hacia el progenitor ausente y cólera hacia el padre custodio, haciéndole responsable de la separación. Aumenta o disminuye la capacidad de concentrarse y de realizar ciertos trabajos escolares.  Cambios, a veces súbitos, de sus comportamientos sociales, en la escuela o con sus amigos. 

 


Álvaro Rojo