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Sexualidad


Pasos para afrontar un tratamiento de fertilidad

Cómo enfrentar la infertilidad y sus consecuencias dependerá de muchos factores como los siguientes:

- Primer paso: se inicia cuando la pareja decide tener hijos por distintas razones, ya sea amor, continuidad, prolongación de los padres y de la relación, producto de ambos, presiones sociales, familiares, religiosas u otras. La pareja opta por la opción de la paternidad, se discuten diferentes cuestiones: lugar que ocupará el bebe, posibles nombres, el cambio que la llegada del nuevo miembro producirá. Luego de esta decisión, lo primero que hace la pareja es dejar de lado cualquier método anticonceptivo; muchas mujeres acuden al ginecólogo para realizar un chequeo de rutina. Sin embargo, luego de transcurrido un tiempo sin que este ocurra, generalmente un año, aunque en muchas ocasiones antes, comienza la preocupación y la duda. Son frecuentes las preguntas,  la incertidumbre crece y genera cierto estrés.

- Segundo paso: comienza cuando la pareja decide acudir al médico porque el embarazo no se logra. En esta etapa se incorpora el médico a la problemática de la pareja. Comienza una serie de exámenes, algunos de ellos invasivos. La pareja acepta realizarlos con el fin de conocer y comprender qué es lo que está sucediendo. Cuando hay conocimiento sobre el tema y sobre los factores que producen infertilidad, el estrés tiende a mantenerse más controlado, el desconocimiento siempre genera más preocupación y angustia. Durante este período los procedimientos médicos son realizados, se mantiene la incertidumbre pero también se mantiene la ilusión de que "todo estará en orden y que si hay algún problema este sea menor y de fácil solución".

- Tercer paso: Es la etapa del diagnóstico. Este puede ser preciso y puntual pero a veces resulta no serlo y se requiere de más exámenes para definirlo. Sin embargo, el diagnóstico es siempre un comienzo y revela sin lugar a duda que hay un problema, frente a esto la primera respuesta psicológica, es la negación, es decir, "no, esto no puede ser, esto no está pasando", la mente se rehúsa a esta posibilidad, es un shock que produce diversos sentimientos, pena, rabia, impotencia, y en ocasiones descontrol.

Es importante la comunicación con el médico tratante, éste debe explicar en qué consiste el problema y cuáles son las alternativas de tratamiento posible. Se debe compartir desde el comienzo los sentimientos, inquietudes y pensamientos con la pareja.

En esta etapa a menudo la pareja, o al menos uno de sus integrantes, busca información al respecto, averigua de centros, de médicos, y de posibilidades. Esta búsqueda debería generar calma, pero en ocasiones aumenta más aún la ansiedad, en especial por los altos costes monetarios de los procedimientos entre otros factores.

Sentimientos como culpa surgen de manera inmediata; creer que uno es culpable por tener dificultades para concebir es común, pero es a la vez perjudicial, ya que nadie es responsable, pues nadie eligió tener esa condición física y/o biológica. Las parejas pueden culparse el uno al otro por su incapacidad para concebir, especialmente cuando sólo uno de los dos es estéril. Además estos sentimientos hostiles pueden producir un deterioro en la relación de pareja, que de no ser sanada mediante la comunicación, comprensión y cariño, puede entorpecer el tratamiento posterior. También puede culparse a otros o a otras circunstancias, por ejemplo al ginecólogo que los llevó a descubrir el problema, a los padres por haber recomendado que esperaran a ser mayores para tener un hijo, o a cualquier otra persona o profesional. Los sentimientos de culpa pueden superarse tomando una actitud activa en la búsqueda de la solución al problema y siendo positivos en la consecución de los pasos a seguir. Es importante experimentar y aceptar todas estas emociones.


 

 

 

 


Álvaro Rojo