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Enfermedades y trastornos


La ley y el tratamiento farmacológico en el trastorno límite de personalidad

 

La frecuente coexistencia, hasta un 25%, de características inherentes al trastorno antisocial de la personalidad entre los TLP es la causa de que estos pacientes adopten un patrón de conducta que conlleva problemas con la ley. Las implicaciones legales en las que se ven involucrados los TLP son significativas. En este sentido, cabe destacar los delitos contra la salud pública (consumo de sustancias), escándalo público (conductas explosivas y/o provocativas, peleas), los delitos contra la seguridad vial (conducción temeraria) e incluso la conducta violenta con daños a terceros.

Cuando el TLP llega al ámbito judicial se plantean cuestiones abiertas, como las siguientes:

+ Responsabilidad de estos individuos en los actos cometidos.

+ Competencia y/o capacidad para autogobernarse de una manera adecuada (buena administración económica, cuidado de sí mismo, habilidades instrumentales de la vida cotidiana).

En cuanto a sus posibles tratamientos cabe destacar que la diversidad observada en la psicopatología hace que estos pacientes sean buenos candidatos para la aplicación de un gran abanico de fármacos. La elección de estos medicamentos puede hacerse según la relación entre los síntomas más relevantes y el comportamiento, los afectos o las cogniciones.

En general, se considera mejor abordar el tratamiento en el ámbito del comportamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (fluoxetina, sertralina, venlafaxina) o con eutimizantes (litio, valproato, carbamazepina) y dejar los antipsicóticos para el tratamiento de las afecciones cognitivas (haloperidol, perfenazina, clozapina, olanzapina, risperidona).


Álvaro Rojo