Antes de hacer un diagnóstico del SAP es importante estar seguro que el progenitor alienado no está siendo rechazado por causas justificadas. Las pautas a tomar en cuenta son:
1. Debemos sospechar cuando un progenitor o padrastro/madrastra suscita la idea de cambiar los apellidos de los niños o incluso de adoptarlos.
2. Cuando los niños no pueden dar razones por su enfado con un progenitor o si sus razones son vagas y no aportan detalles.
3. Un progenitor que tiene secretos, señales especiales, un lugar privado de reunión, o palabras con especial significado, es muy destructivo y refuerza el camino hacia la alienación.
4. Si un padre usa a sus hijos para espiar o conseguir información para su propio uso el niño recibirá un mensaje muy perjudicial que degrada al progenitor alienado.
5. Los progenitores que tientan a los hijos para interferir en las visitas.
6. Un progenitor sugiriendo o reaccionado con dolor o pena por haber pasado un tiempo bueno con el otro progenitor, lo que va a provocar en el niño retraimiento e incomunicación. Pueden sentirse a menudo culpables o en conflicto porque no saben que lo normal es pasarlo bien con el otro progenitor.
7. Un progenitor preguntando a los hijos por la vida personal del otro progenitor puede también causar en el niño una considerable tensión y un gran conflicto interno. Los niños que no están alienados quieren ser leales a ambos progenitores: "¿Qué hace papá con esa “inmoral”? ¿Adónde te llevan?".
8. Cuando un progenitor rescata física o psíquicamente a los hijos, cuando en realidad no hay motivo para tal protección. Esta práctica también refuerza en la mente del niño la ilusión del miedo o peligro, y por lo tanto refuerza la alienación.
9. Haciendo demandas al otro progenitor que son contrarias a la sentencia judicial.