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Psicologia


Tipos de llanto

Para los padres llegar a descifrar el llanto de su bebé es un gran desafío. Poder conseguirlo les supone tiempo de pruebas hasta que poco a poco van aprendiendo qué es lo que su bebé demanda. Esto se consigue, con experiencia, conocimiento e intuición. Tan importante como lo anterior es mantener una actitud sosegada y tranquilizadora para/con el niño, puesto que los bebés son capaces de sentir el nerviosismo, la tensión o incluso la tristeza que sienten sus padres. De este modo, una actitud agradable y pacificadora puede contribuir a calmar al niño y además, los padres pueden ayudarse de pequeños trucos como acunarle, utilizar la manta preferida del pequeño o susurrarle unas palabras o la letra de una canción. Estas claves las irán conociendo los padres a medida que conozcan a su bebé. También serán capaces de identificar sus sollozos y dependiendo de cómo sean tendrán pistas para saber que requiere el pequeño. Entre las causas más frecuentes de llanto está el hambre el cual puede identificarse atendiendo a distintos indicadores, por ejemplo, abrir la boca, girar la cabeza hacia la mano al rozarle la mejilla, chuparse el dedo. Por otro lado, el llanto comienza de forma gradual, va haciéndose más persistente y rítmico en un tono cada vez más alto. Cuando el bebé siente dolor su llanto se caracteriza por ser muy agudo con gran intensidad, irregular y similar a un grito. Sin embargo, si el pequeño se encuentra enfermo (salvo si se trata de un dolor agudo) estará decaído, poco activo, reacio al alimento y sus sollozos serán más débiles y prolongados. En este último caso, los padres deben confiar en su instinto puesto que percibirán que algo va mal o no es habitual respecto a su bebé en un estado normal.

 

Otra de las causas de llanto en los bebés es que el pequeño tenga sueño, ya que esto puede causar irritabilidad y nerviosismo en él. Los padres probablemente notarán nervioso al niño, puede frotarse los ojos o bostezar y se trata de sollozos vibrantes que van aumentando su intensidad. Es recomendable estar atentos a las primeras señales de sueño y acostar al pequeño antes de que pueda suceder algo de lo descrito anteriormente. Otra de las causas que puede causar molestia a los bebés es tener el pañal sucio, esto puede provocarles gran malestar e incomodidad aunque otros niños pueden tolerar estar cierto tiempo sin cambiarlos. El llanto suele ser pequeño pero estridente y se trata de un problema sencillo de identificar y solucionar. En otras ocasiones la causa del sollozo no es otra que ganas de ser atendidos y mimados y puede calmarles ser cogidos en brazos. En estas situaciones el llanto suele ser más rítmico y se calma cuando los padres le mecen en sus brazos, le dedican algunas palabras o tan solo sintiendo su olor o los latidos de su corazón. A menudo, cuando los bebés tienen menos de tres meses presentan problemas de estómago, denominados cólicos. En este caso el bebé puede irritarse y llorar después de las comidas con un llanto agudo e intenso. Estos problemas se deben a que tienen dificultades en la digestión que provocan la aparición de gases muy molestos que les incomodan y causan dolores. Para ayudarles a evitar esas molestias se le puede realizar un masaje en la tripita del pequeño en el sentido del las agujas del reloj y ayudarle a encoger y estirar las piernas y realizar el movimiento en círculos de la bicicleta, para así ayudarle a expulsar esos molestos gases. En caso de que el problema continuara, conviene consultar con un médico.

 

 


Álvaro Rojo