- Si la persona tiene pensado iniciar alguna actividad tras la pérdida de peso, como por ejemplo apuntarse a una academia de baile, iniciar una actividad deportiva o cualquier otra, no debe esperar a terminar totalmente el régimen para empezar con ella. Es mejor comenzarla antes, puesto que de esta manera esa actividad le ayudará a perder los últimos y más difíciles kilos, y evitará así que cuando pretenda iniciar esa actividad haya empezado la recuperación de peso.
Es más, si para llevar a cabo la segunda de las tareas que se propone no es necesario haber adelgazado previamente, y si se trata de una tarea que no le aumenta el nivel de ansiedad, ni le supone una disminución de su satisfacción, puede ser una buena idea que la inicie al mismo tiempo que la dieta, puesto que de esta manera no estará toda su atención volcada en sus kilos.
- Debe dedicar algo de tiempo a imaginarse a sí mismo, habiendo perdido ya esos kilos que le sobran. Cómo será su vida, cómo serán sus relaciones con los demás, como cambiará su vestuario, etc. Debe visualizarse en cuantas más situaciones mejor. No debe olvidar imaginar cuales serán los aspectos negativos que tiene las ventajas que persigue. El hecho de anticiparse le servirá a la persona para irse mentalizando y buscar alternativas a los problemas que se le planteen. También le ayudará para anticiparse a posibles miedos que se escondan en su mente respecto a la idea de estar delgado.
- Puede ser una buena idea que mida y tome nota de sus capacidades físicas antes de iniciar el régimen para poder, a medida que adelgaza, tomar conciencia de las mejoras físicas que la pérdida de peso está provocando en su cuerpo.
Uno de los momentos más complicados a la hora de adelgazar es el inicio de la dieta. Es importante que se haga cuando la persona tenga la moral alta, cuando se sienta bien consigo mismo, cuando nada le preocupe de manera excesiva, cuando sienta que cuenta con algo de fuerza de sobra como para proponerse retos nuevos.
Por lo tanto, merece la pena esperar unos días o unas semanas más, con tal de empezar la dieta cuando el ánimo esté lo más alto posible. A veces las personas saben que tendrán mejor ánimo y más fuerzas al llegar determinada época del año. Deben esperar, entonces, ese momento para empezar.
De esta manera quedan desaconsejados los momentos desánimo, sea por los motivos que sea, pues el nivel de ansiedad será muy elevado.
Pero del mismo modo que existen momentos o circunstancias inoportunos para intentar la difícil tarea de adelgazar y mantenerse en el peso adecuado, también existen circunstancias que parecen proporcionar un empujón extra a la fuerza de voluntad de la persona. Por ejemplo encontrar un empleo deseado e introducirse en un mundo nuevo y más emocionante de redes sociales, puede ser un poderoso estímulo para adelgazar, además de una circunstancia que desequilibre la balanza personal del lado de las satisfacciones.