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Sexualidad


Fetichismo II

La elección del fetiche se demuestra por dos causas. Por una parte se trata de la influencia continuada de una intimidación sexual experimentada desde la infancia, por otro lado, de una asociación de ideas simbólicas e inconscientes por parte del sujeto.

Se trata de una elección cuya función es la de impedir el intenso temor a la castración ya que el fetiche representa el órgano sexual, negando con ello la existencia del ser castrado.

Por la intolerancia a estos seres, tampoco puede sentir atracción o deseos eróticos hacia ellos. La función del fetiche es la protección de la madre contra los ataques sádicos, el alivio de la ansiedad de castración y la satisfacción de los deseos orales hacia el pene del padre.

En la mente del fetichista existen dos ideas, el conocimiento de la falta de pene en las mujeres y la negación de esta idea, las que el yo concilia con el fetiche: algo que realmente existe, a diferencia del pene simbólico femenino.

Dentro de la etiología conductual, la causa estaría dada por condicionamiento del aprendizaje, uno de los procedimientos sería la incorporación del fetiche a través de la imaginación y por masturbación, apareciendo posteriormente el orgasmo que fortalece la unión objeto-placer. Otra hipótesis etiológica controversial es la asociación entre fetichismo y epilepsia temporal.

El fetiche se asocia, durante la infancia, con la excitación sexual o amor y aceptación que alguna vez recibió de la madre. Al reforzar las experiencias infantiles y hábitos de la niñez, se constituyen las causas del fetichista de buscar bienestar y placer sexual mediante los objetos.


Álvaro Rojo