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Psicologia


Concentración aplicada al deporte

 

Uno de los puntos primordiales del adiestramiento de la concentración deportiva será detectar a los distractores. Éstos pueden tener un origen externo o interno. Los factores externos son el público, la prensa, presencia de dirigentes, determinados deportistas, o personas de trascendencia para cada uno.

La desconcentración aquí aparece por tres causas o motivos que son el aburrimiento, enfado y precipitación. Los factores internos se originan en 3 tipos de pensamiento que son el pensamiento disociativo (nada tienen que ver con la actividad que se está llevando a cabo), pensamiento analítico en exceso (generalmente se dedican análisis a errores o situaciones anteriores en las que no se actuó de la mejor manera), y pensamiento débil (éste denota falta de confianza). Estos factores se afectan mutuamente en forma continua. Muchas situaciones externas son disparadas por factores internos y viceversa, son separados por una hoja muy fina.

Lo que se debe tener presente es que la concentración de desarrolla aprendiendo y ensayando técnicas para su mejora, no es una destreza natural. La clave está en el presente, en vivir el hoy y ahora, disfrutarlo constantemente.

Podemos definir la capacidad de concentración como el proceso en el que se inhibe las tomas de información irrelevante y se focaliza en las tomas de información hacia lo relevante.  

Dentro del deporte es importante no solo la capacidad de discriminación de lo importante a lo no importante como la sostenibilidad de este estado mental. Según el deporte la capacidad psicológica para aguantar más tiempo la concentración (un partido largo de tenis) puede ser más importante que máximo punto de concentración (tiro con arco).

Por lo que podemos afirmar que en el deporte tenemos una potencia y una capacidad en el concepto de concentración

La capacidad o la potencia de la atención (concentración) está relacionada con la cantidad de información que se recibe, la relación entre estas es inversamente proporcional.  Así mismo el esfuerzo requerido para la máxima concentración es proporcional a la información que se recibe. Así también la posibilidad de concentración es inversamente proporcional a las tomas de información que sean relevantes.


Álvaro Rojo