Aunque pueda parecer exagerado, numerosos investigadores ya están alertando de que hay muchas personas con teléfono móvil que están sufriendo problemas físicos y psicológicos como ansiedad, palpitaciones y sudores cuando olvidan el móvil en casa, su tarjeta de prepago se queda a cero, se quedan sin cobertura o sin batería.
De la misma forma que se produce en otro tipo de adicciones, el uso del móvil se convierte en adicción cuando pasa a ser una conducta repetitiva y que nos produce placer. Se ha venido a llamar “telefonitis” y es un impulso que no se puede controlar de usar el teléfono una y otra vez durante el día o la noche.
Por primera vez, se empieza hablar de que las nuevas tecnologías han pasado a formar parte de las denominadas adicciones psicológicas o adicciones sin drogas.
Según los expertos, la adicción al móvil la sufren 1 de cada 1.000 personas que utilizan el móvil, y está afectando principalmente a jóvenes y adolescentes. A diferencia de otras adicciones, como el alcoholismo o la adicción al juego (ludopatía), etc. la edad en la que comienza es muy baja, desde los once o doce años, pues es muy fácil el tener un móvil, ya existen incluso móviles especialmente para los niños con dibujitos para ellos, y además los padres se sienten seguros de que su hijo/a tenga un móvil para poder llamar ante cualquier urgencia.
Por tanto, no se trata de un problema de tomar una sustancia, como puede ser la droga, sino que el problema es la conducta. Una conducta irreprimible, incontrolable y exagerada que hace que dejemos otras actividades, como pueden ser la lectura, la conversación de tú a tú con nuestra familia, nuestros amigos, vecinos, etc...