Consejos de nuestra nutricionista
< Volver al índice de artículos
Psicologia


Consecuencias de la separación

 

 

La familia es de una importancia vital para el sano desarrollo de los seres humanos. Sin embargo, en algunas circunstancias, la separación puede ser una medida necesaria cuando la relación de la pareja se ha vuelto muy conflictiva, tiene repercusiones graves sobre los hijos y se han agotado todas las vías para resolver la situación. El divorcio fue creado como remedio social contra un matrimonio infeliz, pero en estos últimos años se ha visto que la pareja y gran parte de los hijos de cualquier edad tienden a considerar el divorcio como una experiencia extraordinariamente traumática. 

La familia es sin duda el medio donde se establecen las relaciones más íntimas, generosas, seguras y duraderas. Los lazos familiares constituyen el compromiso social más firme e importante que existe entre las personas. Para el sano desarrollo de los seres humanos la familia es de una vital importancia. Sin embargo, en algunas circunstancias la separación puede ser una medida necesaria, cuando la relación de la pareja se ha vuelto muy conflictiva y ésta tiene repercusiones graves sobre los hijos.

Se ha comprobado que es preferible para la estabilidad emocional de los hijos, unos padres separados pero felices a unos padres juntos pero que viven sin ninguna relación de amor y con frecuentes peleas. La ruptura de la pareja es una de las experiencias más traumáticas y amargas que pueden sufrir los seres humanos. La decisión de romper, aparte de las implicaciones sociales, económicas y, para muchos, religiosas, es un proceso personal extremadamente doloroso. 

En las sociedades occidentales, más del 90% de las personas se casan, y la gran mayoría consideran el matrimonio como un paso esencial para lograr el bienestar en la vida. Sin embargo, el simple hecho de creer que una buena unión es el cauce obligado para tener una existencia feliz no es óbice para que muchas parejas, tarde o temprano, decidan poner fin a su relación.

 De hecho, esta idea de que la felicidad de la pareja es fundamental en la vida tampoco ayuda a hacer más sólidos y duraderos los lazos matrimoniales. Los actuales valores culturales, que tanto persiguen la calidad de vida y la búsqueda de la felicidad, contribuyen al elevado índice de rupturas de parejas que existe hoy en los países industrializados de occidente. La impaciencia ante cualquier obstáculo que se interpone en nuestro camino hacia la realización personal nos impulsa a menudo intentar superarlo por todos los medios, aunque tengamos que pagar un precio muy alto.

Por otra parte, no es frecuente que las parejas decidan terminar su relación porque quieran simplemente ser más felices. Por lo general, la decisión de separarse o divorciarse es el resultado de una larga y dolorosa lucha, en la que aparecen unos sentimientos intensos de miedo, culpabilidad, rencor o incluso odio, y se convierten en partes integrantes del día a día. Aunque todavía hay personas que ven el divorcio como un veneno para la institución matrimonial, lo cierto es que el matrimonio gravemente enfermo, en el que no existe amor, ni seguridad, ni apoyo, en donde existe un dolor constante en la pareja, donde se saca a la superficie lo peor de cada uno, la ruptura formal puede ser la única solución

 


Álvaro Rojo