Consejos de nuestra nutricionista
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Vida sana


Demencias I.

Los sujetos con demencia pueden llegar a estar desorientados espacialmente y tener dificultades en relación con las tareas espaciales. El funcionamiento visuoespacial se examina pidiendo al sujeto que copie dibujos como un círculo, pentágonos entrelazados y un cubo. Son frecuentes en la demencia la pobreza de introspección y de juicio crítico. Los sujetos pueden tener o no conciencia de la pérdida de memoria o de otras anomalías cognoscitivas; pueden hacer valoraciones poco realistas de su capacidad y hacer planes sin tener en cuenta sus déficit (p. ej., planificar el inicio de un nuevo negocio) o desestimar los riesgos implicados en algunas actividades (p. ej., conducir).


En ocasiones llegan a ser violentos y a herir a otros. El comportamiento suicida se presenta en particular en los estados iniciales, cuando el sujeto es más capaz de llevar a cabo una acción planificada. La demencia se acompaña a veces de alteraciones de la marcha que provocan caídas. Algunos sujetos con demencia muestran un comportamiento desinhibido, que incluye bromas inapropiadas, descuidando el aspecto personal y la higiene, mostrando una indebida familiaridad con extraños o despreciando las normas convencionales que regulan el comportamiento social. Si la demencia se asocia con patología subcortical, puede presentarse un lenguaje farfullante, como sucede en la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington y algunos casos de demencia vascular. Los múltiples deterioros cognoscitivos de la demencia se suelen asociar a ansiedad, depresión y trastornos del sueño. Las ideas delirantes son frecuentes, sobre todo las que implican temas de persecución (p. ej., el sujeto considera que los objetos que no encuentra le han sido robados). Las alucinaciones se presentan en todas las modalidades sensoriales, pero son más frecuentes las alucinaciones visuales. El delirium está frecuentemente sobreañadido a la demencia, puesto que la enfermedad cerebral subyacente puede aumentar la susceptibilidad a los estados confusionales producidos por medicamentos u otras enfermedades médicas.

 

Se debe tener en cuenta el bagaje cultural y educativo del individuo al valorar su capacidad mental. Algunos sujetos no están familiarizados con la información que se utiliza en algunas pruebas de conocimiento general (p. ej., nombres de presidentes, nociones de geografía), memoria (p. ej., fechas de nacimiento en culturas que no celebran los aniversarios) y orientación (p. ej., el sentido de localización y lugar se conceptualiza de forma diferente en algunas culturas). La prevalencia de las diversas causas de demencia (p. ej., infecciones, deficiencias nutricionales, lesiones traumáticas cerebrales, enfermedades endocrinas, enfermedades cerebro-vasculares, trastornos comiciales, tumores cerebrales, abuso de sustancias) varía de forma sustancial entre distintos grupos culturales.
La edad de inicio de la demencia depende de la etiología, pero habitualmente es tardía, con mayor prevalencia por encima de los 85 años. En los niños pequeños puede ser difícil documentar el deterioro significativo de la memoria y de las múltiples habilidades cognoscitivas necesarias para el diagnóstico de demencia. Por tanto, el diagnóstico de demencia puede no ser factible hasta que el niño es mayor (con frecuencia entre los 4 y 6 años). En sujetos menores de 18 años con retraso mental debe realizarse un diagnóstico adicional de demencia sólo si los trastornos no se explican de forma satisfactoria por el simple diagnóstico de retraso mental. La demencia es poco frecuente en niños y adolescentes, pero puede presentarse como resultado de enfermedades médicas (p. ej., lesión cerebral, tumores cerebrales, infecciones por VIH, accidentes vasculares-cerebrales). La demencia en los niños puede presentarse como un deterioro de la actividad (como en los adultos) o como un retraso o una desviación del desarrollo significativos. El deterioro del rendimiento escolar puede ser el primer síntoma.


La prevalencia señalada en los diversos estudios epidemiológicos depende de la edad de los sujetos de la muestra; de los métodos para determinar la presencia, gravedad, y tipo de deterioro cognoscitivo, y de las regiones o países estudiados. En población adulta los estudios comunitarios prospectivos a 1 año han estimado una prevalencia de casi un 3 % de deterioro cognoscitivo grave.

 


Álvaro Rojo