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Nutrición


Los frutos secos y su papel cardioprotector

El papel que desempeñan los frutos secos en la prevención de las enfermedades cardiovasculares es una de sus características más interesantes.

Los frutos secos, tienen como característica principal que más de la mitad de su composición se debe a la presencia de lípidos, nutriente también conocido como “grasas o aceites”; a pesar de que esto pueda parecer chocante o poco recomendable, no tiene por qué entenderse como algo negativa.

La concepción de que las grasas son malas, es una visión anticuada de la nutrición, que desencadenó en los 80 una moda y una transmisión de un mensaje erróneo, el famoso “tomemos menos grasas” o incluso la percepción de que una persona que comía sin grasa llevaba una dieta saludable.

Nada más lejos de la realidad, ya que en las enfermedades cardiovasculares es de gran importancia el perfil de la grasa que se ingiere, incluso más que la cantidad total. Cuando tenemos en nuestro cuerpo un estado cardiovascular poco saludable, sumamos un riesgo cardiovascular, como podría ser el caso comúnmente conocido de un colesterol LDL elevado, triglicéridos y marcadores de inflamación. Para invertir la situación las dietas bajas en grasa suelen fracasar, y no mejoran nuestros marcadores en sangre. Lo que debemos hacer por tanto es mejorar la calidad de la grasa que ingerimos.

Al tomar frutos secos estamos ingiriendo principalmente grasa poliinsaturada (omega 6 y omega 3), también conocida por ser cardiosaludable y tener propiedades de prevención de enfermedades cardiovasculares.

A su vez, hay que sumar que este papel cardioprotector no sólo se debe a su contenido en este tipo de grasa, además poseen fibra soluble y componentes bioactivos que ayudan a prevenir estas enfermedades, como son los flavonoides y compuestos fenólicos. (Es importante considerar que la cocción intensa de los frutos secos muchas veces elimina estas sustancias, por lo que debemos minimizar el daño que puedan sufrir).

Como ya hemos comentado anteriormente, dentro de cada uno de los frutos secos, hay pequeñas diferencias, los hay que destacan por su la calidad de su grasa, como es el caso de las nueces de macadamia, anacardo, nueces, almendras..., otros lo hacen en cambio por su contenido de fibra (pistacho, almendras...).

Aunque cada fruto seco destaque en algún componente más que en el resto, las propiedades que los hacen interesantes a nivel cardiovasculares son comunes, de hecho, las recomendaciones de consumo rondan los 30g al día de frutos secos en general. Aún así, hay una mayor cantidad de estudios que han hecho más hincapié en el papel de almendras, nueces y avellanas".

No hay que olvidar, que los frutos secos deben a este contenido un lípidos una alta densidad calórica, es decir, poseen un aporte de energía importante y a tener en cuenta, por lo que debemos controlar las cantidades, en especial si estamos tomando variedades fritas o con sal.

A pesar de esta alta densidad energética, los frutos secos no se asocian con un aumento de peso ni con un mayor riesgo de enfermedades asociadas al sobrepeso u obesidad. El motivo además de su recomendable composición nutricional, se debe a que son un alimento saciante, de manera que aportan energía pero produciendo una señal de saciedad lo suficientemente importante para que no hagamos excesos horas más tarde.


Aitor Sánchez