Consejos de nuestra nutricionista
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Dietas


Pautas para hacer una buena dieta VII
Consideraciones desde un punto de vista psicológico para llevar a cabo un buen régimen. Parte VII

Muchos alimentos nos provocan sensaciones y emociones de gran importancia para nuestra estabilidad psíquica.

- No sería una mala idea que antes de comenzar el régimen la persona elaborase una lista de alimentos que tengan para ella un valor añadido. Y que se permitiera su consumo ocasional, especialmente cuando su estado de ánimo así lo requiera. No debe dudar en darse una satisfacción gastronómica con alguno de sus alimentos favoritos, si su estado de ánimo empieza a ser depresivo, con ello asegurará su permanencia en el régimen, aunque lo alargue un poco más. Si la persona desea realizar una dieta sin mucho sufrimiento psicológico, y que sea viable, deberá tener en cuenta su necesidad de consumir determinados alimentos.

Deberá, entonces, mezclar inteligentemente nuevos hábitos alimenticios son sus tradiciones culinarias, Por ejemplo, las verduras, las frutas o los productos ricos en fibra, pueden ser eficazmente combinados con alimentos que le resulten realmente deseables, que tengan para la persona un significado especial, aunque los consuma en cantidades pequeñas y cocinados de la forma menos calóricas posible

- Es muy importante que si en algún momento de su régimen la persona se excede comiendo, o si al pesarse en la báscula le informa de que no ha sido tan eficaz como esperaba, sea comprensiva consigo misma.

Una fuerte reprimenda, acusados sentimientos de culpabilidad, autocastigos, etc., no solo no conseguirán nada de provecho, sino que muy probablemente se lo pongan aún más difícil. De la misma manera, tampoco debe aceptar que otra persona le regañe o castigue.

Por otro lado, una actitud comprensiva, podría ser útil a la persona para volver a intentarlo sin demasiadas presiones.

Solamente en el caos de que la persona esté acostumbrada a no tener responsabilidades y a no esforzarse en la vida, solo entonces, procederá que se enfade consigo misma, y aún así debe hacerlo con firmeza, pero también con cariño.

- Si al iniciar, al terminar, o durante el régimen, aparecen motivos de clara ansiedad, debe interrumpirlo e intentar buscar el motivo de la misma.

Si tiene claro a qué se debe, y no es nada relacionado con la dieta, debe continuar con él, pero no estaría mal tomarse unos días de descanso, sin comer de manera excesiva, pero sí de manera normal. Este retraso en la consecución de sus metas es preferible a que debido a la ansiedad, no se controle la alimentación y en pocos días note la sensación de descontrol y fracaso, lo cual podría significar el abandono del régimen.

Si la causa de dicha ansiedad está de alguna manera en la dieta y dando por hecho que todo marcha según lo correcto, debe de forma urgente saber exactamente a qué factores en concreto se debe, para solucionarlos, siendo preferible que, mientras encuentra la explicación y la solución, paralice su plan de adelgazamiento antes de que la ansiedad se convierta en ingobernable.

Del mismo modo, también puede decidir, si la solución no es fácil, continuar hacia delante con la dieta, soportando cierto nivel de ansiedad, pero con una decisión como esta, será ya una ansiedad algo más libremente soportada, controlada y asumida.

El objetivo principal y lo que se busca en todo momento es que la persona sea capaz de tener la sensación de control sobre lo que está ocurriendo, sin que nada se le escape.


Álvaro Rojo