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Psicologia


Actitudes de las personas evitativas I

Interpretan el rechazo de una manera totalmente personal, como si estuviera provocado únicamente por sus carencias personales: "Me ha rechazado porque no valgo nada", "Piensa que soy idiota". Al verlo así, siente un malestar muy intenso y para evitar ese malestar, evita también las situaciones sociales. 

Al mismo tiempo, las interpretaciones negativas que hace acerca de los motivos de los demás, refuerzan sus creencias básicas. Es decir: "Me ha rechazado porque piensa que soy idiota; lo cual corrobora mi idea de que la gente piensa mal de mí y de que soy idiota". Así se establece un círculo de pensamientos que se alimentan a sí mismos manteniéndose en el tiempo.

Con frecuencia piensan de sí mismos de un modo negativo y casi nunca cuestionan esos pensamientos, pues los dan por ciertos desde el principio: "Soy aburrido, "Soy inútil", "No soy atractivo", "No soy interesante", "Soy un fracasado", "Soy despreciable".

También suelen tener una serie de pensamientos negativos antes de los encuentros sociales: "No sabré qué decir", "Haré el ridículo", "No le gustaré". Estos pensamientos pueden a veces ser totalmente conscientes, mientras que otras veces la persona no tiene una completa conciencia de ellos, sino que siente principalmente el malestar que le producen y que les empuja a evitar la situación para aliviar ese malestar (ansiedad, depresión).

Dado que piensan que no pueden gustar a nadie, tienden a ocultar su verdadera personalidad a los demás. Para hacerlo, impiden que los demás se acerquen a ellos lo bastante como para descubrir lo que creen que son en realidad: raros, inadecuados, estúpidos, etc. y piensan que "En cuanto me conozcan, se darán cuenta de que soy inferior", "Debo evitar que la gente descubra como soy de verdad".

 

Cuando establecen relaciones con alguien evitan confrontaciones y no son asertivos. Tratan de resultar agradables a esa persona en todo momento, hacer lo que creen que los demás quieren y se sienten siempre al borde del rechazo: "Si hago algo que le desagrade romperá nuestra amistad", "Si cometo algún error me rechazará".

 La persona con trastorno de personalidad por evitación evita pensar sobre temas que le causan malestar emocional. Tolera mal las emociones negativas, como la ansiedad, de modo que cuando las siente busca enseguida un modo de distraerse y no pensar en ello. Cree que si se permite sentir esas emociones negativas, se sentirá abrumado, no podrá soportar el malestar, se hundirán, no podrá funcionar, se quedará bloqueado, etc. Cuando se da cuenta de su evitación, tiende además a criticarse: "Soy un vago". No se da cuenta de que la evitación es el modo que tiene de vérselas con las emociones desagradables.

Estas personas tienen problemas para evaluar de forma realista las reacciones de los demás, tendiendo a interpretar una reacción neutra o incluso positiva, como negativa. Pueden buscar reacciones positivas incluso en personas que no tienen ninguna importancia en sus vidas, como dependientes de comercios, y desean causar a todo el mundo una buena impresión, pues para ellos es sumamente importante que nadie piense mal de ellos. Esto es debido a su creencia de que "Si alguien piensa mal de mí, su crítica tiene que ser cierta".

 De este modo, temen cualquier situación en la que puedan ser evaluados por los demás, porque las reacciones negativas e incluso las neutras confirman su propia creencia de que no valen nada y no gustan a nadie. No utilizan criterios interiores para juzgarse a sí mismos, sino que se basan en lo que creen que los demás piensan de ellos (y además creen que los demás los ven de manera negativa). E incluso cuando se le presentan pruebas de que gusta a los demás o es aceptado, esta persona tiende a descartarlas o no creerlas. Más bien piensa que si alguien lo acepta es porque no lo conoce de verdad o porque ha logrado engañarle.

 

 


Álvaro Rojo