Los bebés también pueden sentirse molestos cuando sienten demasiado frío o demasiado calor. Puesto que no tienen una regulación madura de su temperatura, los padres tendrán que estar atentos a cómo los cambios en dicho medio pueden afectar a su bebé. El llanto por esta causa tiende a ser desconsolado y se puede comprobar que los bebés tienen frío si sus manos y nariz están frías. Para comprobar si tiene calor, los padres pueden pasar la mano por la nuca y notar si hay sudor. A medida que van creciendo aparecen nuevas fuentes de molestia, por ejemplo, el crecimiento de los dientes. Esto suele causarles dolor y durante esta temporada pueden estar más irritables y llorar. Otro de los motivos que puede provocar el llanto en los pequeños es la presencia de algo pequeño que molesta en su cuerpo. A menudo puede ser difícil de observar, alguna prenda que pueda rozarles o apretarles, una etiqueta de la ropa que les pique, etc. Siendo observadores con estos pequeños detalles, los padres pueden aliviar la molestia y el llanto de sus bebés. En los momentos en los que el pequeño se encuentre irritado, quizá por alguna de las razones ya mencionadas, su llanto será como cansado y perezoso. Si por el contrario está enfadado, el llanto suele estar acompañado de hipos y puede parecer que el bebé se esté atragantando. Si el bebé tiene entre 6 y 12 meses, esta última puede ser una causa probable de su llanto, por lo que los padres deberían estar atentos a las necesidades de su hijo y atenderlas. Estas son las principales causas por las que los bebés suelen llorar y el tipo de llanto que tiende a predominar en cada una de ellas, sin embargo, serán los padres quienes conociendo a su hijo discriminen mejor y reconozcan qué le está provocando el llanto a su bebé.