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Psicologia


Comportamiento de los padres en el síndrome de alienación parental

 

El primer participante del síndrome es el programador o alienante. Gardner defiende la existencia de una programación mental consciente y situaciones menos explícitas inconscientes.

Parece que esta situación se produce más fácilmente en las relaciones entre madre e hijos, de ahí que un padre programador tenga probablemente menos éxito que una madre programadora. Aunque cada vez se igualan más los porcentajes madre/padre en el SAP.

Algunos comportamientos que se han encontrado en progenitores que están induciendo el SAP en sus hijos, son:


• Impiden el contacto telefónico con los hijos.
• Suelen organizar diferentes actividades con los hijos durante el período que el otro progenitor debe ejercer su derecho de visita.
• Presentan a su nuevo cónyuge a los hijos como su nueva madre o su nuevo padre.
• Interceptan el correo y los paquetes enviados a los hijos.
•Desvalorizan e insultan al otro progenitor delante de los hijos y también en ausencia del mismo.
• No informan al otro progenitor sobre las actividades que realizan los hijos (deporte, teatro, actividades escolares...).
• Hablan de manera descortés del nuevo cónyuge del otro progenitor.
• Impiden al otro progenitor ejercer su derecho de visita.
• "Se olvidan" de avisar al otro progenitor de citas importantes del niño con dentistas, médicos, psicólogos, etc.
• Implican a su entorno (su madre, su nuevo cónyuge, abuelos...) en el lavado de cerebro de los hijos.
• Toman decisiones importantes sobre los hijos sin consultar al otro progenitor (religión, elección de la escuela).
• Cambian (o lo intentan) sus nombres o apellidos para que pierdan el del progenitor alienado.
• Impiden al otro progenitor el acceso a los expedientes escolares y médicos de los hijos.
• Pueden irse de vacaciones sin los hijos y dejarles con otra persona, aunque el otro progenitor esté deseoso y dispuesto para ocuparse de ellos.
• Cuentan a los hijos que la ropa que el otro progenitor les ha comprado es fea y les prohíben usarla.
• Amenazan con castigos a los hijos si se atreven a llamar, escribir o a contactar con el otro progenitor de la manera que sea.
• Reprochan al otro progenitor los malos comportamientos de los hijos.
 


Álvaro Rojo