Suecia fue el primer país del mundo en establecer a nivel nacional la celebración del Día del Árbol en 1840. Esto sirvió de muestra para tomar conciencia en la importancia que tienen los recursos naturales para el hombre. A partir de esta iniciativa cada 28 de junio es celebrado en todo el mundo esta importancia celebración.
Los árboles son esenciales para la vida en nuestro planeta, ya que estos purifican el ambiente al oxigenar el aire, nos dan sombra, refrescan y humedecen el ambiente, reducen el ruido, detienen las heladas por su follaje, transforman el dióxido de carbono, responsable del efecto invernadero, de la biomasa, minimizan los riesgos de inundación, evita la erosión. Además producen alimentos y múltiples recursos.
Están junto a nosotros desde la existencia misma de la vida, por lo que sus beneficios son conocidos y aprovechados desde hace miles de años, aunque lo tenemos en todo nuestro entorno, no son valoradoras como debería.
Educarnos para un cambio cultural, donde el hombre forme parte de un ecosistema que involucra a toda la naturaleza, y donde el bienestar de todos sus componentes nos llevará a mejorar la calidad de vida, y a frenar la destrucción del planeta y de nosotros mismos.
El Día del Árbol puede ser el motivo para reflexionar, ya que la vida moderna nos ha llevado a olvidarnos de que cada uno de nosotros somos parte del ecosistema y que nuestra vida depende del entorno en que vivimos, por tanto, debemos crear conciencia de la necesidad imperiosa de educarnos y educar a nuestros hijos en la importancia que tiene el árbol para nuestras vidas.
Para empezar podemos celebrar el Día del Árbol realizando las siguientes actividades:
- Plantar un árbol.
- Limpiar los bosques.
- Actividades familiares en la naturaleza.
- Realización de trabajos manuales.
- Descubrir las características de los árboles.
- Visitar un parque.