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Navidad, Psicologia


El duelo en la Navidad I

 

Debido al desconocimiento que en nuestra sociedad existe en torno al tema del duelo y las dificultades de aceptación de la muerte, muchas personas se ven obligadas a enfrentarse a la incomprensión de los demás, que esperan que pocos meses después de la pérdida el duelo esté ya superado. Por eso, a veces, repuntes del dolor provocado por la pérdida, como el que suele darse en Navidad, inquietan a quienes rodean a la persona que experimenta el duelo, que en ocasiones no facilitan o en el peor de los casos llegan hasta a reprochar el dolor a quien lo exhibe o habla de él.

Si bien la primera Navidad tras una pérdida constituye habitualmente un momento de especial significación y donde el dolor puede ser especialmente intenso, por lo que no es extraño ni nada anormal que pérdidas que parecían superadas, incluso tras haber transcurrido años, y dependiendo del tipo de vínculo, se reaviven especialmente en estas fechas, por lo que solo quedará aprender a hacer hueco al dolor y la tristeza mientras estén presentes al tiempo que se va encontrando un lugar dentro de ellos mismos para el que ya no está y continuar el trayecto por la vida.

En definitiva, para las personas que más o menos recientemente han perdido un ser querido, cabe esperar que las Navidades, y según el significado individual que las mismas tengan, sean unas fechas difíciles, y lo natural será que duela la herida cada vez que se recuerda o se echa de menos a quién no está. Pero también representan una oportunidad para acercarse a los seres queridos y, del mismo modo que en otras ocasiones se han sentido unidos en la alegría y en la esperanza, sentirse ahora cerca de los que aman y compartiendo ahora la tristeza, ese otro sentimiento que también forma parte indisoluble de la vida.

 

 


Anónimo