A menudo les acompaña el trastorno obsesivo-compulsivo, así como el TDAH, depresión y muchos otras graves condiciones. Los niños con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) tienen recurrentes temores y preocupaciones que encuentran difícil de controlar. Pueden tener preocupaciones acerca de casi todo o nada, como la escuela, los deportes, están a tiempo, o incluso las catástrofes naturales. Pueden ser inquietos, irritables, tensos, cansados, y pueden tener dificultad para concentrarse o dormir. Los niños con TAG son normalmente deseosos de complacer a los demás y pueden ser supersticiosos. Aunque el trastorno de ansiedad en los niños no está claramente entendido, hay muchas maneras de tratarla. El enfoque sin embargo, varía mucho con cada niño y las causas subyacentes y las características de su caso particular de trastorno de ansiedad.
Cuando nos percatemos de que un niño tiene una excesiva activación, se encuentra muy nervioso y aparentemente parece que no es debido a nada, hay que estar muy pendiente, ya que se deben prevenir estos síntomas ansiosos porque puede llegar a pasar a un estado de ansiedad.
En muchas ocasiones en la vida del niño pueden aparecer diferentes tipos de problemas y si no saben solucionarlos, se verán agobiados pudiendo llegar a desarrollar un estado ansioso, en estos casos se le darán al niño mecanismos de defensa para poder resolver los problemas antes de que llegue a esa situación tan desagradable y problemática.
Una de las mejores formas para prevenir la ansiedad en el niño es que cuando se presente alguno de los síntomas de la ansiedad, deberemos prevenir el desarrollo de los mismos, es decir, no dejar que evolucionen a más. Dentro de los múltiples estudios realizados sobre este tema, existen numerosas explicaciones, dependiendo del modelo que estudie el problema. Así, ven a la ansiedad infantil como una vivencia de temor, por parte del niño, ante algo que no está muy definido, algo inconcreto y difuso.